Llorar quería, se decia y lágrimas de hielo del agua de tus cabellos trepaban jinetes sin corcél.
Llorar queria aún... y árboles nocturnos trepában sobre la luna y estrellas fecúndas copulában con el mar, las flóres, como viudas y solterónas veían sobre de un reloj, ella está en su hamáca fumando y fumando, "quizás falte aguardiente para suspirar..." se le oyó decir; afuera en el pátio, la luz poco a poco refúlge, brujas y duéndes lócos brincan y magnetizan la fuerza de mis huesos fréscos aún...
Las flóres aburridas de su olor están decidiendo ya marchar.
Tánta espera lo acabó de matar
y la tierra como un inmenso peról
se apresta a cocer.
Catarina llorándo está.
No comprende al gusano,
no comprende a la flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario